Personas que le
apuestan a ser felices
Si eres feliz: aportas felicidad.
Si sufres: aportas sufrimiento. Ser
feliz es una enorme responsabilidad con el universo, con los demás, y por
supuesto con uno mismo.
La infelicidad se puede
manifestar como una crisis existencial que podemos atender o ignorar. Me llamó
la atención la historia de Jacob Sokol, un joven neoyorkino que, ante una
crisis, al cumplir 24 años de edad, decide afrontarla y buscar respuestas por
los enormes vacíos que su vida - aparentemente exitosa- le deja. Se pregunta: ¿Lo tengo todo o no
tengo nada?, su instinto le decía que tenía que
haber algo más que la “carrera de ratas” en la que, como consultor de nuevas
tecnologías, trabajaba. Decide entonces dedicarse a buscar la sabiduría necesaria
que dé sentido a su vida. “No podía
esperar a que la felicidad y la satisfacción me encontrasen; tenía que crearlas
yo mismo.”
Comienza por enfrentar sus miedos,
con lo que les quita el poder que ostentan sobre él. Se enamora y se abre
emocionalmente después de estar bloqueado la mayor parte de su vida. Se declara
libre de vivir buscando la aprobación de familiares y amigos y se propone a
seguir y a confiar en la fuerza de su corazón. También aprende que a veces es
más especial hacer feliz a alguien que buscar la propia satisfacción. Encuentra
que cuando uno se compromete debe ser firme y mantener su compromiso como algo
no negociable. Se da cuenta de que para manejar su mundo exterior debe manejar
primero su mundo interior; entonces, decide levantarse con el sol y meditar 30
minutos diariamente. Aprende que antes de que pueda crear lo que quiere en la
vida, lo debe visualizar con claridad en su mente. Aprende que para hacer un
buen trabajo, se debe amar lo que se hace y si, además, se las ingenia para que
al hacerlo le esté sirviendo a la humanidad ocurre magia. Aprende que la vida
es lo que uno hace de ella y se rehúsa a que alguien elija por él.
Se salió de su zona de confort, y
decidió vivir una vida diferente desde
donde busca inspirar a jóvenes entre los 20 y los 30 años que quieran reorientar
sus vidas, al tiempo que él mismo continúa aprendiendo.
Una persona feliz no puede hacer otra
cosa más que extender su felicidad. Que bueno ser nosotros de esas personas e
irradiar bondad y amabilidad a nuestro
paso. Los caminos existen, es nuestra decisión recorrerlos o ir a la deriva
hasta cuando ya sea demasiado tarde.
¿Será que nuestros hábitos cotidianos
nos alejan o acercan a ser cada día más
felices? ¿Me pregunto si ver tanta TV, estar conectados tanto tiempo a redes
sociales o actividades sin sentido nos desconectan de nuestra propia realidad e
impiden que nos realicemos como personas e irradiemos la alegría que supone
ser felices?
“La felicidad es cuando lo que piensas, lo que
dices y lo que haces está en armonía”.-Mahatma Gandhi-
Clara Elena De Zubiría de
Meléndez
re-conexioncdz.blogspot.com