miércoles, 8 de junio de 2016

El País del Sagrado Corazón, “El Que A Buen Árbol Se Arrima, Buena Sombra Lo Cobija”

El País del Sagrado Corazón de Jesús

“El Que A Buen Árbol Se Arrima,
Buena Sombra Lo Cobija”

No entiendo por que siendo tantos los beneficios que provienen de consagrarnos al Corazón de Jesús, en ocasiones usamos este término en son de burla y desesperanza. Quiero proponer una reflexión con motivo de la fecha que hoy los colombianos celebramos.

Por tradición hemos sido un país creyente en un Ser cuya importancia ha sido tal, que a partir de su venida se dio inicio a un  nuevo calendario.   Borrón y cuenta nueva. Empezó a regir el mandamiento del amor; que nos amaramos unos a otros fue precisamente lo que vino a enseñarnos este maestro.

La devoción al Sagrado Corazón comenzó desde que se le apareció a Santa Margarita María Alcoque quien  fue canonizada por el papa Benedicto en 1920, y cuyo cuerpo se conserva incorrupto hasta la fecha; a ella, Jesús le dio la misión de enriquecer al mundo entero con los tesoros de esta consagración, y le dijo que quienes le oraran con fervor, recibirían muchas gracias divinas.

Durante la Guerra de los Mil Días, la iglesia le pidió al Gobierno de Colombia que nombrara como patrono oficial al Sagrado Corazón de Jesús, la propuesta fue aceptada y cinco meses después, el 21 de noviembre de 1902 se firmó el Acuerdo de Paz de Wisconsin. Queda la incógnita de si habernos retractado de dicha  consagración en la constitución del 91, haya influido en la situación actual. Sin embargo, quienes creemos en Él conservamos esta costumbre.

¿Que significa consagrarnos al Sagrado Corazón de Jesús?
Significa que ante nuestra debilidad frente a la situación actual, sintamos la necesidad de pedirle ayuda a un poder superior.
Significa buscar que la justicia, la fraternidad, el perdón y la misericordia estén presentes en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Significa que creemos en el Amor.
Significa buscar la tranquilidad que nos brinda el sabernos protegidos, dejándole a Él nuestras tribulaciones: “Sagrado Corazón de Jesús en vos confío”.

¿Porqué el AMOR? Porque el amor encierra todo lo bueno, si hubiera más Amor en el mundo tendríamos  menos violencia, injusticia, desigualdad... Porque el amor es nada menos que un  camino propicio para vivir bien unos con otros; el verdadero amor invita a dejar atrás el “ojo por ojo y el diente por diente” y otras conductas que impiden una sana convivencia. “San Agustín lo resumió así: “Ama y haz lo que quieras”.

La intención de ponernos en las divinas manos de Jesús, fuente de Amor, contiene una fuerza superior;  ahora que estamos en negociaciones para alcanzar la paz, urge aunar voluntades y entregar nuestra patria al amoroso y sabio cuidado del Sagrado Corazón, con la certeza de que tiempos mejores están por llegar. Y siendo sensatos e inteligentes podemos consagrarle, no solo nuestro país, sino nuestras vidas, pues como dice el adagio popular con gran sabiduría: “El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”.

Clara Elena De Zubiría de Meléndez
re-conexioncdz.blogspot.com


miércoles, 1 de junio de 2016

Amo a Colombia Creo en Colombia Lo Demuestro Con Hechos

Amo a Colombia
Creo en Colombia
Lo Demuestro Con Hechos


Creemos que manifestar nuestro descontento a las personas con quienes hablamos va a solucionar la situación actual; es diferente denunciar en los lugares adecuados, o formar grupos con el fin de tomar medidas correctivas, pero enviar energías negativas a diestra y siniestra sin propuestas constructivas, no está ayudando a que nuestro país cambie el rumbo, todo lo contrario, con nuestros pensamientos y palabras estamos empeorando, sin saberlo, la situación que vivimos.

La mente tiene una fuerza más grande de lo que creemos, produce ondas magnéticas que crean campos de energía que nos interconectan con las demás personas y con el mundo que nos rodea, unificándonos. Al ser uno con los demás y con el todo, lo que cada uno hace, se lo hace a si mismo, poniendo en juego sus propios intereses.

Nuestros pensamientos nutren o enferman, dando vida a la esperanza que entusiasma e impulsa a crear, o a la desesperanza del “apague y vámonos”;  la energía  que irradian fomenta el miedo que paraliza o la paz desde donde surgen soluciones acertadas.  ¿Cual es el mundo que queremos? Podemos y debemos contribuir a crear ese país prospero y equitativo en el que cabemos todos. Lo que está haciendo el otro no lo podemos controlar, dejemos de mirar a los lados y concentrémonos en lo que como individuos está en nuestras manos, seamos ejemplos inspiradores.

El místico inglés Henry Thomas Hamblin lo expresa con asombrosa claridad: “El pensamiento tiene un poder espiritual. Es el más grande de los poderes que el hombre tiene a su disposición. El mundo actual en su estado presente es, simplemente, el resultado del pensamiento colectivo de la humanidad; cada país en su estado presente, ya sea de paz y prosperidad, o miseria, crimen y anarquía, es el resultado de su pensamiento como país”.

No podemos seguir tan tranquilos esperando que las cosas mejoren por si solas, Colombia somos todos, es un paraíso que los externos valoran y buscan y que los propios con demasiada frecuencia contribuimos a deteriorar.  A través de las redes sociales recibo innumerables mensajes resaltando hechos bochornosos y abrumantes que irradian su veneno por doquier. No estamos siendo consientes del daño que estamos haciendo. Acostumbrémonos a resaltar y agradecer lo bueno en todo y en todos, esta actitud es como un abono maravilloso que alimenta y hacer crecer la bondad y desaloja la oscuridad. Es cuestión de apropiarnos el hábito de ver y difundir lo bueno. Recordemos que para crear un hábito o costumbre hay que repetirlo muchas veces.

Si de verdad te interesa tu país, tu “hogar”, demuéstratelo a ti mismo cambiando pensamientos derrotistas por pensamientos victoriosos, nuestra patria no está aislada de lo que somos, estar atentos y detectar lo que llega a nuestra mente puede ser un juego divertido. Amar y creer en Colombia es amar y creer en nosotros mismos.

Clara Elena De Zubiría de Meléndez
re-conexioncdz.blogspot.com






Amar es Liberarse del Miedo

Amar Es Liberarse Del Miedo


Amar es liberarse del miedo, es el título de uno de los libros del médico psiquiatra psicoanalista Gerald Jampolsky  que  comienza con la siguiente advertencia: “Enseñamos lo que queremos aprender y mi deseo es aprender a experimentar paz interior”.  Esa paz interior es precisamente aquello que se nos va cuando estamos dominados por el miedo,  recuperarla debería ser nuestro principal objetivo: “Que todo lo que haga me produzca paz”, es un lema que ayuda enormemente  a discernir si lo que voy a hacer es lo correcto.  

Es normal sentir miedo ante ciertas circunstancias que amenazan nuestra integridad física, pero hay otro tipo de miedos guardados en el inconsciente, que sin darnos cuenta manipulan nuestras acciones impidiéndonos hacer aquello que desarrolle nuestra propia grandeza.  Los miedos son nubes oscuras que ocultan la sublime energía del Amor que somos, e inhiben la claridad y sensatez necesarias para encontrar soluciones que  la angustia nos impide ver aunque estén  frente a nosotros.

Dicen que a lo único que hay que tenerle miedo es al miedo.  El miedo nos hace desconfiar de todo, aún de nosotros mismos, nos  hace sentir incapaces y  nos aleja de nuestro poder interno, pues tergiversa y confunde la realidad  que nos rodea.

¿Cómo deshacernos de esta nefasta influencia?  Lo primero que hay que hacer es darnos cuenta de su presencia, reconocer y aceptar lo que bloquea eso que queremos ser o hacer y que no logramos concretar. ¿Cómo cumplir mis propósitos? ¿De qué manera llego a sentir auténtica paz y felicidad y  a relacionarme armónicamente con los demás?

Para liberarnos del miedo tenemos que estar dispuestos a despojarnos de nuestra nostalgia del pasado y de nuestra preocupación por el futuro, para vivir más plenamente  el hoy. 
Perdonarnos y perdonar es la llave de la felicidad, no presuponer, no juzgar, hace que nos vayamos liberando del miedo.

La oración y la meditación nos llevan a volver la mirada hacia adentro, a reconocer nuestros impedimentos, a   reconectarnos con nuestra esencia, donde está la sabiduría superior que nos habita y que se expresa a través de la intuición.

Sabemos que el miedo es opuesto al Amor, entonces en la medida en la que crezca el amor en nosotros, aumentará la confianza que va desalojando el miedo de manera natural y sin esfuerzo y que le  permite al Amor que  es nuestra esencia, desplegar su poderosa fuerza.

La gratitud tiene el mismo efecto, el estar agradecidos por lo que somos  hace que lo valoremos más y por lo tanto aumente nuestro amor propio. Se dice que “El miedo y la gratitud habitan en el mismo sitio, pero nunca podrán estar juntos. Ningún ser humano puede experimentar esos dos sentimientos al mismo tiempo”.

Liberarnos del miedo es una decisión consciente,  siempre estamos en  posibilidad de elegir qué actitud tomar. “No es necesario que los demás cambien para que nosotros podamos experimentar paz”.
Clara Elena De Zubiría de Meléndez
re-conexioncdz.blogspot.com